«La digitalización debe ser transformadora, pero bajo premisas de solidaridad, justicia e igualdad»

El pasado 4 de julio, FeSMC-UGT participó en el XXV Encuentro del Consejo Economico y Social, en los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

El secretario federal adjunto de Acción Sindical de FeSMC-UGT, Álvaro Vicioso, participó en la ponencia “Cambios Productivos. Empleo y relaciones laborales”, que compartió con Tatiana Espinosa de los Monteros (Directora Global de Relaciones Laborales de Telefónica) y Juan Antonio Pedreño (Consejero del CES de España). El portavoz de UGT destacó que los cambios tecnológicos tradicionalmente han generado riqueza y han mejorado las condiciones de vida de las personas, pero desde el sindicato preocupa los efectos que se pueden producir sobre el empleo y las condiciones laborales.

La digitalización, explicó durante su intervención, “debe ser pilotada bajo intereses sociales y laborales, aprovechando todos sus beneficios, pero también limitando y paliando sus efectos negativos. Todos sabemos que la digitalización es el futuro, pero de nosotros depende dejar una sociedad caracterizada por la desigualdad y la precarización del empleo o construir un modelo humanista que coloque a las personas en el centro de la digitalización, una sociedad, en definitiva, más igualitaria, más inclusiva, más justa, más diversa, más rica y más próspera”.

Vicioso realizó una previsión pesimista sobre una digitalización que no sea socialmente responsable, aportando datos respecto de la dinámica de creación o destrucción de puestos de trabajo que está trayendo a nuestro país este proceso, su impacto en la calidad del empleo que queda y los grandes parámetros de desigualdad en los que nuestra sociedad se moverá.

Por último, planteo a los presentes las dinámicas que “en positivo”, desde el sindicato, tanto en el nivel macro como en el nivel de la acción sindical diaria, se han de establecer con carácter de urgencia:

Acciones transversales

  • Una adecuada formación reduciría drásticamente el volumen de empleo afectado y la desigualdad, equilibrando la polarización laboral y mejorando la empleabilidad de toda fuerza laboral.
  • De forma complementaria, se deberá acometer una profunda reforma de la educación académica reglada en todos sus ámbitos (primaria, secundaria, universitaria y de FP), adaptándose a las demandas del mercado de trabajo y de una sociedad altamente tecnificada.
  • Y confeccionar auténticas políticas activas de empleo con una verdadera formación ocupacional, que permita a los desempleados formarse en nuevas tecnologías y obtener un acceso de garantías al mercado de trabajo.
  • El trabajo está perdiendo su función como herramienta de distribución de la renta. El contrato social del que nos habíamos dotado establecía que, a medida que crecían los beneficios empresariales, paralelamente subían los salarios y las cotizaciones sociales, así como los impuestos directos mediante los mecanismos de reparto de la riqueza. Se deben plantear cambios fiscales, contributivos y legislativos, que realicen dicha función de redistribución de rentas, con el fin de equilibrar los sistemas públicos de pensiones y las necesidades de una sociedad digital, que ya no recaudará una gran parte de sus impuestos mediante las rentas del trabajo.

 

  • En previsión de que este cambio pueda dejar a muchos conciudadanos en el camino, parece lógico reformar y ampliar los sistemas de protección social a nuevos supuestos, provisionando las necesidades de aquella parte de la población que no pueda adaptarse a un nuevo escenario eminentemente tecnificado.

Evidentemente, reconoció Vicioso, “los sindicatos debemos participar en la agenda gubernamental de digitalización, sin perder de vista su dimensión social y su impacto en el futuro del trabajo”.

Acciones sindicales

  • A nivel europeo, la firma de acuerdos sectoriales sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el empleo son un referente para los futuros cambios a los que tienen que hacer frente las relaciones laborales.
  • Los observatorios sectoriales constituidos en nuestros convenios colectivos sectoriales estatales son una herramienta idónea para analizar el impacto de las transformaciones tecnológicas sobre nuestros sectores, estableciendo un compromiso de diálogo y colaboración con las organizaciones empresariales.
  • Reivindicó Alvaro Vicioso, conformar un derecho a la formación continua en el puesto de trabajo, con reserva específica de un número de horas diarias, semanales o mensuales para tal fin.
  • Negociar planes de igualdad y medidas de acción positiva para mejorar la empleabilidad y las competencias digitales de las mujeres, con el objetivo de acabar con los sesgos de género vinculados a las nuevas tecnologías.
  • Ampliar o concretar el ámbito funcional de los convenios colectivos sectoriales, tendiendo a cubrir el máximo de actividades existentes, incluidas las nuevas actividades que surjan como consecuencia de la digitalización (como el trabajo llevado a cabo por las plataformas digitales).
  • Introducir cláusulas de aplicación del convenio sectorial a los trabajadores externalizados o subcontratados, ya que en numerosas ocasiones estas actividades se suelen subcontratar.
  • Adaptar la clasificación profesional a los nuevos puestos de trabajo que puedan surgir como consecuencia de la digitalización.
  • Impedir que la inclusión de las nuevas tecnologías en la empresa genere despidos y una vulneración de las condiciones de trabajo, protegiendo el empleo y las condiciones de trabajo de nuestros profesionales y técnicos.
  • Reducir paulatinamente la jornada laboral y la vida laboral a medida que el empleo se va automatizando.
  • Desarrollar la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales, además de regular el tratamiento de los datos personales, estableciendo una garantía de los derechos digitales en el ámbito laboral.
  • Actualizar los parámetros de la salud laboral a las nuevas transformaciones tecnológicas.
  • La utilización cada vez más intensa de los algoritmos en las empresas para cuestiones íntimamente ligadas a las condiciones laborales de sus trabajadores, como reclutamiento y selección, promociones, cálculo de las retribuciones, procesos sancionadores o disciplinarios, etc. debe cumplir todos los preceptos legales en defensa de los intereses y derechos de los trabajadores.
  • Aplicar las mismas condiciones a los teletrabajadores que al resto de trabajadores de la empresa (retribuciones, tiempo de trabajo y registro diario de la jornada, seguridad y salud, protección de datos, formación y carrera profesional, derechos colectivos…).
  • Y, por supuesto, a nivel de empresa, es esencial que los representantes de los trabajadores estemos informados y seamos consultados sobre los proyectos de digitalización de las compañías, participando de forma activa en todo el proceso (organización del trabajo, planes de formación, prevención de riesgos laborales, conciliación de la vida personal, laboral y familiar, protección de datos, derechos digitales, externalización de actividades, etc.), así como reforzar nuestra representación en entornos de trabajo digitalizados.

Al cierre de su ntervención, el responsable de UGT, fue diáfano: «el diálogo social y la negociación colectiva son vehículos ideales para conformar una transición digital justa, equitativa y sostenible. Desde UGT perseguimos una digitalización que transforme nuestras sociedades sin olvidar los principios de solidaridad, justicia e igualdad. No hacerlo bajo estas premisas sería una involución histórica que no debemos permitir”.