Valoración de los datos de la Encuesta de Población Activa en el macro sector servicios (3T 2022)

La Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2022, publicada por el INE, muestra un ligero incremento de la ocupación, cuantificado en 77.700 personas más respecto al trimestre anterior (0,4 %), hasta un total de 20.545.700. Respecto al año pasado el aumento registrado ha sido más notable, del 2,6 % (514.700 personas ocupadas más).

Sube el número de personas desempleadas en 60.800 respecto al segundo trimestre de 2022, situándose en 2.980.200. La tasa de paro sufre un leve retroceso del 12,48 % al 12,67 %, arrojando 2 décimas más que el trimestre anterior, aunque 1,9 puntos menos que hace un año.

⇒ El Macro Sector Servicios, con 10,6 millones de personas ocupadas, el 51,8 % de la ocupación total, ha experimentado un crecimiento también bastante moderado, tanto respecto al trimestre anterior (0,9 %, con 98.124 personas ocupadas más) como en los últimos 12 meses (2,8 %, con 286.804 personas ocupadas más).

⇒ El responsable de este crecimiento ha sido el empleo por cuenta ajena (1,3 %) ya que el empleo por cuenta propia se ha reducido en más de 11.000 personas (-0,6 %).

⇒ Pese al módico incremento del empleo, se constata una nueva caída de las tasas de temporalidad, como consecuencia de las medidas adoptadas en la Reforma Laboral. Concretamente, la tasa de temporalidad se ha reducido respecto al trimestre anterior en 1,4 puntos porcentuales hasta el 17,6 %, situándose muy por debajo de la tasa de temporalidad para el conjunto de los sectores (20,2 %).

⇒ Como dato negativo, mientras que la ocupación masculina ha crecido en un 2 %, la femenina ha caído en un 0,2 %, ofreciendo el mismo comportamiento el empleo asalariado (3,3 % vs -0,6 %), lo que ha provocado un notable descenso de la tasa de temporalidad femenina desde el 20,8 al 18,1 %.

⇒ Por grupos de edad, el de mayor edad (55 años y más) es el que ha impulsado el crecimiento de la ocupación (3 %, con 58.002 personas ocupadas más), seguido del más joven (1,5 %, con 43.103 personas ocupadas más), mientras que el intermedio ha perdido empleo en el último trimestre (-0,1 %, con 2.980 personas ocupadas menos).

⇒ Las tasas de parcialidad aumentan levemente, desde el 21,6 % al 22 %, aunque siguen siendo las mujeres las que ostentan una parcialidad descomunal respecto a los hombres (31,8 % vs 11,7 %), lo que las penaliza doblemente (menores ingresos en su vida activa y menores pensiones tras su jubilación) y perpetua un mercado laboral y un modelo de sociedad desigual. A pesar de que la parcialidad involuntaria desciende del 54,4 al 50,6 %, más de la mitad de las personas trabajadoras a tiempo parcial lo son únicamente por no encontrar trabajo a jornada completa.

⇒ Se observa una recuperación del empleo en términos anuales en todos los sectores del Macro Sector Servicios, excepto en Ferroviario (-30,1 %), Limpieza (-4,5 %) y Seguridad (-0,6 %).

⇒ Respecto al trimestre anterior, son solo cuatro sectores los que sufren un retroceso: Ferroviario (-9,1 %), Limpieza (-1,8 %), Comunicaciones y Cultura (-1 %) y Financiero (-0,5 %).

⇒ El mayor incremento de empleo masculino respecto al trimestre anterior se ha producido en los sectores Aéreo (24,7 %), Seguridad (18,1 %) y Hostelería, Restauración Social y Turismo (11,1 %), mientras que el empleo femenino ha registrado los mayores descensos en los sectores Ferroviario (-40,4 %) y Aéreo (-20,1 %).

⇒ Los efectos de la reforma laboral sobre la calidad del empleo de las actividades de nuestra Federación se han notado en las caídas de las tasas de temporalidad de la mayor parte de nuestros sectores, más intensas en Carreteras, Urbanos y Logística (-3,9 puntos), Oficinas y Seguros (-2,5 puntos) y Comercio y Grandes Almacenes (-1,7 puntos).

⇒ Respecto a los niveles de empleo previos a la pandemia, la brecha se ha incrementado en el último trimestre hasta los 161.683 puestos de trabajo. Los sectores a los que les está costando mayor esfuerzo recuperar aquellos niveles son, sin lugar a dudas, Ferroviario (-20,8 %), Marítimo-Portuario (-8,4 %), Limpieza (-5,1 %), Comercio y Grandes Almacenes (-4,1 %) y Aéreo (-0,1 %). En Hostelería, Restauración Social y Turismo, el sector más golpeado por la crisis, el empleo ha crecido un 6,1 % respecto al año anterior y un 3,1 % en términos trimestrales, con una diferencia de casi 37.000 personas respecto a los niveles prepandémicos.

Y no olvidemos que todavía 21.369 personas se encuentran en ERTE en nuestro país (datos de septiembre de 2022), de las que el 60,9 % pertenecen al sector servicios (13.009 personas en ERTE), lo que evidencia que la recuperación todavía no ha llegado a todos los sectores de nuestra economía.

En concreto, las ramas de comercio aglutinan todavía el 12,6 % del total de personas afectadas, seguidas del transporte aéreo (9,3 %), los servicios de alojamiento (8,1 %), las actividades de las agencias de viajes (7,3 %) y los servicios de comidas y bebidas (6,2 %).

En definitiva, los datos de ocupación para el Macro Sector Servicios muestran resultados positivos pero más moderados que en el trimestre anterior, con una significativa caída de las tasas de temporalidad, cambio de tendencia propiciado por la reforma laboral.

Todavía resulta imprescindible modificar los aspectos que aún perduran de la reforma laboral de 2012, como las causas y la indemnización de los despidos. Esto generaría mayor estabilidad en la contratación indefinida y mayor protección y seguridad a las personas en sus puestos de trabajo.

Algunos de nuestros sectores aún se sitúan alejados de los niveles de empleo prepandémicos, por lo que urge adoptar medidas de apoyo a los servicios, en aras a reforzar la actividad económica y la creación de empleo de calidad, y más teniendo en cuenta el problemático e incierto contexto internacional.

Por otro lado, con una inflación del 8,9 % (variación interanual del IPC en septiembre) y un incremento salarial pactado en convenios colectivos del 2,61 % hasta septiembre (2,35 % para el sector servicios), hacen falta políticas más contundentes para contener la inflación, así como incrementar las rentas salariales para sostener la capacidad adquisitiva de las personas trabajadoras.

De lo contrario, esta situación puede degenerar en consecuencias muy nocivas para las familias y para el conjunto de la economía al lastrar el consumo