La patronal quiere negociar tras cinco días de huelga en el sector limpieza de Castellón

UGT podría retomar la negociación con la patronal del sector de limpieza de Castellón pero con condiciones.

La patronal mayoritaria en el sector de limpieza de Castellón, la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (ASPEL), ha solicitado a UGT una reunión urgente para llegar a un acuerdo en la mesa del convenio y poner fin a los 5 días de huelga que llevan secundados las trabajadoras y los trabajadores.

Para UGT resulta sonrojante que la parte empresarial representada por Aspel, mayoritaria en la mesa negociadora del convenio de limpieza, acuda ahora con premura y cierto nerviosismo en la búsqueda de un acuerdo tras dos años de negociaciones infructuosas en las que no se han atendido las justas reivindicaciones de los profesionales del sector. Reivindicaciones que, por cierto, se ajustan a unos mínimos de dignidad salarial y condiciones de trabajo que deben regir cualquier actividad productiva en un país avanzado.

Pero, parece ser, que empresarios del sector como los que representa Aspel viven enquistados en una visión trasnochada de las relaciones laborales, con un enfoque semiesclavista en el que la trabajadora o el trabajador de la limpieza puede cobrar salarios por debajo del SMI (Salario Mínimo Interprofesional), con condiciones muy precarias, cargas de trabajo excesivas y un convenio colectivo paralizado para que nada avance, excepto sus cuentas de resultados y cuota de mercado a costa de la miseria de sus trabajadores.

UGT ha accedido a esta petición de negociación urgente, pero con condiciones: que sea presencial y no telemática y que se lleve a cabo bajo una mediación institucional para que quede constancia del contenido jurídico de las propuestas de ambas partes.

Nunca habría que haber llegado a una situación de huelga indefinida -secundada masivamente por los profesionales del sector- para alcanzar un acuerdo que actualice un convenio sectorial desfasado y que no se adecúa a la realidad económica, social y laboral de los tiempos que vivimos. Pero, sobre todo, no es coherente con el reconocimiento social que los trabajadores de la limpieza se han ganado en estos tiempos de pandemia por la prestación de un servicio “esencial”.