Opinión

Álvaro Vicioso | Sº de Acción Sindical y Comunicación FeSMC-UGT

Álvaro Vicioso | Sº de Acción Sindical y Comunicación FeSMC-UGT

Los ERTE son necesarios mientras no haya una recuperación suficiente de la actividad productiva

La pandemia de la Covid-19 fue una disrupción social que se transmitió brutalmente a la economía. Afectó a la actividad productiva y a la demanda de productos y, por tanto, al bienestar de la ciudadanía.

Gracias al acuerdo entre sindicatos, patronal y Gobierno, se aprobaron medidas en materia de suspensión temporal de contratos y reducción temporal de la jornada que evitó que esta situación coyuntural, se cronificara.

Este tipo de medidas tiene como objetivo la flexibilización y agilización de los procedimientos de regulación de empleo y la mejora de la cobertura, tanto para las personas trabajadoras como para las empresas. A su vez contribuyen a minorar el impacto negativo sobre el empleo y la actividad económica, dado que se prioriza el mantenimiento del empleo sobre la extinción de contratos.

Los datos que se ofrecen en el estudio elaborado por la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de la UGT, aprecian el crecimiento tan intenso que se ha producido en 2020 y del que su protagonista, ha sido el sector servicios.

Hasta los “tiempos del COVID”, el sector protagonista de los ERTE siempre ha sido la industria. No obstante, en 2020, el 85,2 % de las personas afectadas por procedimientos de suspensión de contratos y reducción de jornada correspondieron al sector servicios, lo que constituye un hecho insólito en esta modalidad suspensiva con un total de 829.630 personas afectadas.

Casi la mitad de las personas acogidas a un ERTE en España en 2020 trabajaban en el comercio y la hostelería

Por ramas de actividad, han sido el comercio y la hostelería los sectores que más han recurrido a este instrumento. El sector de comercio, con 286.172 personas y el sector de hostelería, con 163.890 personas, que representaron conjuntamente el 44,6 % del total de personas trabajadoras afectadas por ERTE en nuestro país.

Es decir, casi la mitad de las personas acogidas a un ERTE en España en 2020 trabajaban en el comercio y la hostelería.

Las actividades administrativas, de servicios auxiliares y los transportes también acudieron a esta medida en un porcentaje muy significativo. El 13,1 % y el 9,7% del total respectivamente, con 132.281 y 97.728 personas afectadas.

Los datos de 2021 (enero-junio) revelan un descenso notable del número de personas afectadas por ERTE en el sector servicios, del 97,4 % respecto al mismo periodo del año anterior. Pero, en la actualidad, el número de personas afectadas en los servicios sigue siendo predominante: del total de personas trabajadoras afectadas, el 84,4% pertenecen a las actividades económicas de los servicios, la movilidad o el consumo.

Las modalidades de ERTE que se pusieron en marcha a partir del 1 de octubre de 2020, prorrogadas hasta el 30 de septiembre de este año, y que conllevan exoneraciones a la Seguridad Social, tuvieron el pico más alto registrado en abril de 2020, cuando el número de personas protegidas por ERTE casi alcanzó los 3,6 millones.

Servicios: el sector más afectado por los ERTE

Sí elegimos este mes (abril 2020), se observa de forma nítida cómo el sector Servicios ha sido el protagonista, con un 84,4% de personas afectadas. Las ramas de actividad con mayor volumen de personas cubiertas con ERTE han sido Hostelería y Comercio, con un 26,4 % y un 24,1 % respectivamente, sumando conjuntamente 1,8 millones de personas afectadas, en torno a la mitad del total de personas en ERTE.

De los casi 4 millones de contratos que se suspendieron en abril de 2020, hoy prácticamente se han recuperado más del 92%, pero, todavía, 272.190 personas trabajadoras no han podido reincorporarse a su puesto de trabajo.

De las ramas de actividad que todavía se encuentran incursas en ERTE, podemos destacar al sector de Hostelería que, en la actualidad, aglutina al 38,4% del total de las personas trabajadoras en ERTE.  Recordemos que, en abril de 2020, su afectación era del 26,4%.

De los casi 4 millones de contratos que se suspendieron en abril de 2020, hoy prácticamente se han recuperado más del 92%

Es decir, se observa que las personas que todavía se encuentran cubiertas por un ERTE pertenecen mayoritariamente al sector servicios (86,6%) y que 4 de cada 10, son trabajadores y trabajadoras de la hostelería.

Asimismo, se ha incrementado el porcentaje de mujeres cubiertas por ERTE. Esto se debe a que la presencia de mujeres es mayor en los sectores más castigados (precarios) por la crisis y menor en los sectores que ya se han ido recuperando.

Pese a ello, todavía nos encontramos muy lejos de las cifras de ocupación del segundo trimestre del año 2019, cuando el macro sector servicios alcanzó los 10,4 millones de personas ocupadas, 408.509 personas más que en la actualidad.

El valor fundamental de los ERTE

Los ERTE nos han permitido alcanzar destacadas ratios en materia de protección para evitar despidos y destrucción de puestos de trabajo, como la prohibición expresa de despedir por causa Covid-19 a personas trabajadoras de las empresas acogidas a un ERTE.

Los datos que se acaban de reflejar facilitan el contraste con las consecuencias para el empleo de la anterior crisis, la del 2008. Entonces también los sindicatos ofrecimos al gobierno del Partido Popular el modelo ERTE. No mereció su interés.

Sin embargo, es de vital importancia, en la inminente y deseada del modelo de ERTE, modificar la referencia legal a que entre el 1 de enero de 2022 y el 30 de septiembre de 2026 desaparecen las medidas extraordinarias y cuando se acceda a un nuevo derecho de prestación por desempleo, por cualquier causa, la prestación obtenida contará como consumida.

Hasta el 31 de diciembre de este año, solo consumirán paro las personas que accedan a un nuevo derecho de prestación por desempleo como consecuencia de un despido disciplinario procedente (en el resto de los casos no).

Por tanto, en los sectores de FeSMC-UGT anticipamos un grave problema en los nuevos derechos que se generen a partir del año que viene, en que la persona trabajadora verá descontada su prestación en la cuantía que haya cobrado entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de enero de 2021.

En abril de 2020, casi 3,6 millones de personas se vieron inmersas en procedimientos de este tipo, de las que el 84,4% correspondían al sector servicios (3.016.953 personas trabajadoras). Sin en esa misma fecha, ya contábamos con 3,8 millones de personas en paro, ¿qué habría ocurrido si no hubiésemos dispuesto de esta herramienta?

Probablemente, todas las personas cubiertas por ERTE no habrían sido despedidas, pero, imaginemos que el 50% de las mismas hubiera acabado en las colas del SEPE, la cifra de personas desempleadas habría llegado a los 5,6 millones, lo que hubiese resultado demoledor y del todo inasumible para nuestra economía y nuestro sistema de prestaciones.

Los ERTE deben continuar mientras existan razones para ello

Queda claro, por tanto, que, y a los datos nos referimos, los efectos de las medidas han conseguido proteger a miles de trabajadoras y trabajadores, así como a las actividades económicas en las que trabajan, paliando el devastador efecto al que les abocaba, primero la pandemia y las medidas para superar ésta, después.

Hay que estar alerta a la problemática que se desarrollará ante el mal denominado “contador a cero”

Los ERTE deben continuar hasta que la recuperación sea una realidad estable. No se pueden retirar los soportes de la recuperación en el empleo, así como en otras áreas, hasta que se hayan asentado las bases de la mejora en el mercado de trabajo y de la economía en general. Retirar de manera precipitada instrumentos tan útiles, y de eficacia probada, sólo provocaría que se frenara la recuperación o que incluso se dieran pasos atrás.

Por todo ello, desde FeSMC-UGT creemos que para que la recuperación económica sea plena y estable hay que seguir manteniendo los ERTE en aquellas empresas que aún no hayan podido recobrar su actividad normal, con todas las medidas de protección garantizadas hasta ahora, así como seguir avanzando en la creación de empleo, en base a condiciones laborales dignas y de calidad, prestando especial alerta a la problemática que se desarrollará ante el falso denominado “contador a cero”.