Opinión

Miguel Magaña | Comunicacíón FeSMC-UGT

Miguel Magaña | Comunicacíón FeSMC-UGT

Jóvenes y emancipación en España: una quimera

La juventud se enfrenta a una situación particular, los mismos que sufrieron la crisis de la burbuja inmobiliaria en 2008, cuando estaban en su plenitud estudiantil, se enfrentan ahora a la iniciación al mundo laboral en medio de otra crisis, esta vez originada por la pandemia del COVID-19. Y es que los jóvenes no lo tienen nada fácil, con los precios de los alquileres por las nubes, la emancipación no suena nada sencillo. La situación en el ámbito laboral tampoco es que mejore; para aquellos que están terminando los estudios encontrar un trabajo es una labor bastante tediosa debido a que la falta de empleo y de ofertas de prácticas generan una sensación de estancamiento en sus vidas.

La generación con mayor tasa de universitarios y de desempleo

Nos encontramos ante la generación con mayor tasa de universitarios, según los datos obtenidos del INE y el Ministerio de Cultura Educación y Deporte, y la que peor salida al mundo laboral tiene. De hecho, en la actualidad la tasa de paro juvenil se sitúa en un 38% según los mencionados datos del INE.

Esta situación no mejora a la hora de encontrar prácticas con las que finalizar sus estudios. Hablando de mi experiencia personal, conseguir una empresa u organismo donde poder realizarlas ha sido todo un calvario. Para empezar, la universidad ha de contar con una buena bolsa de prácticas, cosa que no en todas sucede. Ya que esto no es de gran apoyo, has de encontrar por tu propia cuenta una empresa u organismo que te acoja durante ese periodo y aquí viene lo difícil, llamarás y llamarás a sitios donde, con independencia de que quieran o no contar contigo, puedan estar inmersos en un ERTE, lo que les impide acoger becarios. Por lo tanto, lo único que puedes hacer es esperar un golpe de suerte.

Pero los problemas no son solo para los estudiantes de grado. Tanto universitarios como estudiantes de formación profesional quieren que su trabajo tenga que ver con lo que estudiaron. La oferta laboral se ha visto muy reducida por la pandemia, las empresas se han visto obligadas a cerrar, realizar ERTE’s o, en el mejor de los casos, se ven con la plantilla completa y no tienen hueco para personal sin experiencia. De esta manera, los jóvenes se ven obligados a tomar una alternativa: pueden continuar estudiando, permanecer en situación de desempleo o, si otra vez tienen “suerte”, encontrar un trabajo que nada tiene que ver con sus estudios y la formación adquirida durante años y, en su gran mayoría, en condiciones precarias tanto económicas como de horarios de trabajo.

El gasto medio de los jóvenes supera sus ingresos medios

Pongamos que todo ha ido de cara y el joven cuenta con ese trabajo precario y sus estudios terminados. El precio medio del alquiler en Madrid es de 780 € al mes, la luz cada día está marcando records históricos a la alza, superando los 100 € el kilovatio hora, a lo que debemos sumar gastos básicos como comida, agua o transporte, entre otros. En definitiva, el emanciparse actualmente es prácticamente un imposible.

La única solución para esto es tomar las medidas necesarias para conseguir que los ingresos de los jóvenes que acceden a su primer trabajo, superen los gastos para tener una vida digna. En la actualidad la situación es que dichos jóvenes no pueden irse de casa de sus padres, porque su cuenta del banco queda en números rojos mes tras mes.