El vergonzoso comportamiento de los bancos solo lo posibilita la reforma laboral del PP del 2012

En una propuesta de resolución presentada por el sector financiero en el 43º Congreso Confederal, UGT reclama al Gobierno la derogación de la Reforma Laboral del PP de 2012, que permite la destrucción de empleo en el sector bancario y empresas en general, sin autorización alguna

En este 2021, y tras una pandemia que ha azotado ferozmente a toda la población mundial, nos encontramos de nuevo ante la avaricia sin fin del capitalismo que, aprovechándose de las debilidades del sistema, realiza una vuelta de tuerca más a la clase trabajadora en el sector de la banca de este país.

En este sector, los trabajadores y trabajadoras luchamos por nuestros derechos laborales con el hándicap de tener la opinión pública en contra. Somos vistos por la ciudadanía como trabajadores privilegiados y en algunos casos hasta ni nos ven siquiera como trabajadores, sino como banqueros.

Una visión interesada, que satisface a los auténticos banqueros, que escondiéndose tras los que ponen la cara en su trabajo, confunden a la ciudadanía para que culpe a los trabajadores y trabajadoras de las malas artes de sus directivos.

No es más que una estrategia para romper la solidaridad y el apoyo de la ciudadanía y del resto de trabajadores y trabajadoras hacia sus colegas de este sector, y así poder recortar, con el beneplácito de la sociedad, los derechos laborales  legítimamente conseguidos.

Tanta fuerza ha cobrado esta estrategia, hasta el punto que aun habiendo sido catalogados como trabajadores y trabajadoras esenciales durante los momentos más duros  de la pandemia, siguen habiendo reticencias a nombrarlos cuando se realizan agradecimientos a los y las esenciales.

Desde UGT decimos bien alto que los trabajadores y trabajadoras del sector financiero no son unos privilegiados, pues sus derechos laborales no tienen su origen en privilegio alguno, sino en la lucha obrera que ha arrancado estos derechos con sangre y sudor a las patronales. Y por lo tanto, todo el apoyo del sindicato hacia los trabajadores y trabajadoras de este sector.

Desde 2008 se han destruido en este sector más de 100.000 puestos de trabajo de calidad, con contratación fija y con un buen convenio fruto de la negociación colectiva . Y ahora pretenden seguir destruyendo miles de puestos de trabajo. Justifican que es por la crisis de la pandemia mientras están generando unos beneficios récord. Justifican que hay que reducir salarios para hacer las empresas viables, mientras ellos se triplican sus sueldos millonarios. Justifican que las sucursales están sobredimensionadas cuando en España hay 1 empleado por cada 268 ciudadanos y en Alemania hay 1 empleado para cada 144 ciudadanos, dejando a la sociedad en una situación de exclusión financiera en  las zonas rurales y en la población de mayor edad.

Una frase de Gandhi describe muy bien la situación en el sector financiero de nuestro país “en la tierra hay suficiente para cubrir las necesidades de todos, pero no lo bastante para satisfacer la avaricia de algunos”.

La negociación de estos ERE’s y de la modificación a la baja de las condiciones de los trabajadores y trabajadoras de este país, se produce en un marco legal que la hace extremadamente desequilibrada porque a) no precisa, en último extremo, el acuerdo con los sindicatos para imponerla y b) el control que puede ejercer la inspección de trabajo quedó seriamente afectado por la reforma laboral de 2012.

Esa reforma laboral sigue vigente mientras no exista una verdadera voluntad para derogarla.

Tal es la urgencia y la necesidad de esa derogación que hasta el mismo gobierno ha comprobado la ausencia de herramientas para frenar el vergonzoso comportamiento de los bancos y sólo ha podido echar mano de un escrito de advertencia, que ha enviado a CaixaBank y a BBVA.

Por todo lo dicho, desde UGT reclamamos al Gobierno la implicación suficiente para poner fin a este vacío legal que permite destruir empleo, sin autorización alguna, a los bancos y a las empresas en general y derogar de una vez por todas la reforma del PP del 2012.