Opinión

María Juana Gómez | Sª Gral de UGT  en Evo Finance

María Juana Gómez | Sª Gral de UGT en Evo Finance

Así opera un fondo buitre en el sector financiero (el caso de Evo Banco)

La crisis financiera de 2008 posibilitó la entrada en el sistema financiero español de los denominados “fondos buitre”.

Fue este el momento aprovechado por el fondo de inversión Apollo Global Management LLC para la compra ventajosa de entidades financieras como Finanmadrid/Fracciona (propiedad de Bankia), AvantCard España e Irlanda y Evo Banco (propiedad de Abanca), obteniendo así pingües beneficios de forma inmediata y sin tributación a la Hacienda española  ya que invierte por medio de sociedades participadas y  radicadas en Luxemburgo, y tras haber realizado dos importantes ajustes de plantilla en cada una las sociedades adquiridas.

Con este conglomerado de empresas, el fondo Apollo materializa en 2015 un nuevo grupo financiero liderado por Evo Banco y sus filiales Evo Finance (resultado de la fusión de Finanmadrid y AvantCard España) y AvantCard Irlanda. Sin olvidar que fin último del fondo Apollo es la venta del grupo Evo en un corto plazo y, por ende, la obtención de substanciales plusvalías.

Constituido este grupo financiero, el fondo Apollo dinamizó la importante liquidez con la que contaba Evo Banco a través de su filial de crédito al consumo Evo Finance en un escenario económico de reducido precio de dinero interbancario y fuerte aumento del crédito al consumo. Su objetivo era triplicar su volumen en el año 2020, hasta 1.500 millones de balance.

El principal vehículo de inversión utilizado para alcanzar este objetivo ha sido Evo Finance, que pasó en el periodo 2016 a 2018 de 650 a 1.000 millones de euros de activo mediante el crédito al consumo y tarjetas de crédito. De esta forma Evo Finance, cumpliendo la política expansiva marcada, ha contribuido significativamente en los resultados del grupo Evo.

Evo Finance es la sociedad que debe soportar la rémora que se ha ido alimentando por la política de fuerte expansión en el crédito al consumo estimulada por el Grupo Evo y su propietario, debilitando así el EBITDA de la compañía en los últimos años.

En el verano de 2018 Bankinter y el fondo Apollo acuerdan la compraventa del negocio bancario de EVO BANCO en España y su filial de crédito al consumo en Irlanda, AvantCard, que ha sido cerrada en el primer semestre de 2019.  Evo Finance queda fuera de la operación de venta, por lo que fondo Apollo inicia los trámites para renovar la licencia de Evo Finance como entidad financiera de crédito y medios de pago ante el Banco de España porque, si no, la venta principal de Evo Banco a Bankinter no se hubiera autorizado por regulador.

A finales de 2018, ante este nuevo escenario fuera de un grupo bancario, el fondo Apollo promete a los trabajadores y trabajadoras de Evo Finance un plan de negocio igual de ambicioso el anterior, que traerá un futuro brillante y lleno de oportunidades, aunque manteniendo la búsqueda de otro comprador para la entidad.

Sin embargo, a partir de este momento, la entidad cae en desgracia: ya no hay liquidez, no hay financiación, se pierde la marca Evo Finance, se ralentiza la actividad y el negocio hasta tal punto que su activo se ha reducido a la mitad en septiembre de 2019 (500 millones de euros) y el EBITDA es negativo.

Con estos mimbres de engaño a los trabajadores y las trabajadoras y, quizás también, al Banco de España, el fondo Apollo ha venido construyendo un escenario propicio para plantear un ERE profundo y salvaje, y realizar así una desinversión rentable.

En conclusión, la participación del fondo Apollo en el sector financiero español sólo ha servido para engordar sus arcas, con sus artimañas e ingeniería fiscal y financiera, además de someter al personal de sus empresas a constantes y recurrentes regulaciones de empleo hasta la casi desaparición de estas entidades.