UGT apuesta por mejorar las condiciones laborales del fútbol femenino en España

El Sindicato cree que es una oportunidad histórica para dignificar laboralmente a estas profesionales del deporte.

En la tarde de ayer, la Unión General de Trabajadores asistió a la reunión –celebrada en el Consejo Superior de Deportes, en Madrid– que debía formalizar la constitución de una mesa negociadora que trabaje para la redacción de un convenio colectivo que garantice los derechos laborales de las jugadoras de fútbol femenino de este país. A este encuentro asistieron, también, la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino, varios clubes de reconocido prestigio, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y Futbolistas ON.

A pesar de que la naturaleza de una reunión como esta es casi burocrática, pues el objetivo principal es constituir la mesa negociadora y tener una primera toma de contacto entre las partes para, en posteriores reuniones, empezar a trabajar por la negociación del convenio, surgió un problema: la AFE parece que no ve con buenos ojos que la representación de las jugadoras de fútbol de este país no sea un monopolio exclusivo de la citada asociación. Dicho esto, y obviando el hecho de que nuestra Organización –con más de 130 años de historia de lucha sindical y representación de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras– está legitimada para estar en esta mesa, vayamos a lo importante.

El fútbol femenino en España no ha recibido, históricamente, la atención mediática y social que, probablemente, merece. Esta realidad ha impedido que se visualice suficientemente a unas profesionales –las futbolistas– que, como cualquier profesional deportivo, deben contar con un marco laboral que garantice sus derechos –algunos de ellos en ámbitos específicos por su condición de mujer–  y una remuneración digna. Eso no está siendo así.

Por esta razón, UGT quiere ser partícipe de una oportunidad histórica que dignifique laboralmente a las profesionales del fútbol femenino y ponga en valor una disciplina deportiva que, muchas veces, queda opacada por el apabullante atractivo mediático y la demanda social del futbol de élite masculino.

Además, UGT quiere aprovechar su presencia en esta mesa –aún por constituir, siempre que AFE reconduzca su postura por la vía del sentido común– para plantear acciones y respuestas en defensa de la igualdad en el mundo del fútbol, especialmente cuando es sabido que el fútbol ha sido, tradicionalmente, un ámbito impregnado por el aire del machismo, contradiciendo así los principios y valores de la práctica deportiva: solidaridad, igualdad, respeto… Pues bien, incluso en la reunión de ayer en el Consejo Superior de Deportes, algunos de estos valores fueron violentados de forma grosera por alguno de los presentes. Pero no es esto lo importante.

Lo verdaderamente trascendente es conseguir sentarnos todos los agentes con intereses legítimos en el fútbol español (clubes y representantes de los profesionales) para hacer de esta disciplina deportiva –de la que viven muchos hombres y mujeres, profesionales todos– un ejemplo de desarrollo profesional en condiciones dignas, de igualdad y con derechos.

La reputación del fútbol español debe reforzarse allí donde no siempre llegan los focos y en terrenos no estrictamente deportivos: como el laboral (y no sólo en el caso que nos ocupa, el futbol femenino, sino el de todos aquellos profesionales del fútbol en divisiones inferiores que están muy alejados de los sueldos de la primera división).