Teoría del caos

¿Qué sería de este mundo si las mujeres dejasen se trabajar, de cuidar, de consumir, de responsabilizarse de las tareas domésticas…? ¿Qué pasaría si, sencillamente, dejáramos de hacer todo lo que hacemos: cada día, a cada instante, en todos los lugares y en distintas circunstancias? La teoría del caos viene a decir que un gesto aparentemente insignificante puede generar consecuencias inesperadas (y de gran impacto) en su desarrollo futuro. Que cada uno extraiga sus propias conclusiones.

Han pasado décadas desde que las mujeres nos formamos y  nos incorporamos masivamente al mundo laboral. Aun así, este año 2018 siguen sobrando motivos para parar y poner en el centro del debate público los problemas que afectan a la mitad de la población: las mujeres.

Son décadas de lucha del movimiento de mujeres; el feminismo ha puesto en valor, cada 8 de marzo, sus luchas por el sufragio universal, por el acceso a la enseñanza de todas las niñas (recordemos que muchas de ellas, en algunos países, no pueden acceder, en pleno siglo XXI, a la alfabetización), por la mejora en las condiciones de vida y de salud de las mujeres (contra temas específicos como la mutilación genital femenina o las deficientes condiciones de parto y maternidad). Y qué decir de la violencia ejercida contra las mujeres por el mismo hecho de serlo: violencia de género, explotación sexual, trata de personas…

Pero, además, hay que añadir a lo anterior: la lucha por los derechos laborales, la igualdad de retribución, las discriminaciones en el trabajo, las dificultades de promoción, los problemas para compatibilizar y repartir igualitariamente las tareas domésticas y el cuidado de mayores y menores, y, por tanto, de conciliación de la vida laboral y personal, defendidos desde nuestro sindicato. Todas estas realidades, conocidas por la opinión pública, por la sociedad, por cada una de nosotras, de ellos, de todos, son razones más que suficientes para secundar esta jornada de huelga histórica.

Si el 8 de marzo siempre ha sido el día de las mujeres, el día del recuerdo, del homenaje a nuestras predecesoras, de la reflexión, de la reivindicación y de la lucha, seguramente –desde  este 2018– será, también, un día de referencia a nivel mundial en el ámbito del trabajo por la igualdad, porque el principal objetivo de estos paros es, precisamente, generar un clima de opinión que provoque una adhesión social definitiva a una idea fundamental para el movimiento feminista: la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, sin discriminación.

Como dijo Rosa Luxemburgo, paremos y salgamos a la calle, luchemos este 8 de marzo y todos los días “por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.