La plantilla de Prosegur, que lleva la seguridad del Aeropuerto de Granada, protesta por la vulneración de sus derechos laborales

Este viernes, 9 de febrero de 2018 a las 11.30 horas, los trabajadores de la empresa Prosegur en el Aeropuerto de Granada han celebrado una concentración en la entrada del aeródromo granadino «Contra la vulneración de los derechos laborales de los trabajadores/as de seguridad privada».

Desde  la Sección Sindical de UGT en PROSEGUR  en el Aeropuerto de Granada se denuncian los incumplimientos que en materia laboral y de seguridad de la salud que se vienen produciendo en el Aeropuerto Federico García Lorca de Granada-Jaén, adoptando tanto la empresa Prosegur como el ente público Aena, una pasividad ante la situación límite en la que se encuentran estos trabajadores/as, provocada por los continuos recortes debidos a la crisis económica.

Los trabajadores de Prosegur alertan de la «insuficiente» plantilla de seguridad del aeropuerto de Granada pese al aumento de viajero, ya que éste ha desarrollado un incremento de tráfico en los últimos años, siendo 2017 decisivo en su despegue tras la crisis económica, con un aumento de más de 150.000 viajeros», sin que se haya incrementado el personal de la adjudicataria del servicio ni por este motivo ni por haber más riesgo por los últimos atentados, aún habiéndose establecido, desde junio de 2016, un nivel cuatro de seguridad antiterrorista por el Ministerio de Interior».

En la protesta, se ha hecho hincapié  también en la situación de los trabajadores ante cualquier imprevisto, como ha sucedido en las últimas semanas, en que se han recibido vuelos derivados de los aeropuertos de Málaga y Almería», o «cuando, por causas meteorológicas o de retrasos de vuelos, les obligan a ampliar sus jornadas sobre la marcha, ampliaciones que, hasta el pasado mes de julio, no se les abonaba.

Así, se generan situaciones «de estrés a estas alturas ya insostenibles y que está afectando a las relaciones interpersonales y a su propia salud», habiendo «picos» de horas durante el turno, en los que los vigilantes no pueden «ausentarse del puesto», debiendo solicitar ir al aseo fuera de esos tramos horarios, mientras que «si alguno tiene alguna patología relacionada con esta restricción deberá comunicarlo previamente a la empresa para adaptar estos límites a sus necesidades». Agregan los vigilantes que lo que más les preocupa es que estas circunstancias puedan «afectar al normal desarrollo de sus cometidos», y que «cualquier descuido o fallo humano pueda tener consecuencias irreparables, y más estando ante una situación de seguridad nacional de nivel cuatro antiterrorista».

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